Ayer entré en la habitación de mi hijo y encontré un papel doblado que tenía dentro un polvo blanco. Me empecé a poner muy nerviosa, me entraron sudores y calores, y empecé a pensar de todo: mi hijo se droga no hay duda, está enganchado, se acabó, ya no hay solución, ha echado a perder su vida…
Imaginad que encontráis droga en la habitación o en la ropa de vuestro hijo o hija ¿cómo os sentiríais? Es posible que os pongáis nerviosos, el corazón empiece a latir más deprisa, sintáis calor, sudores, etc. Si los síntomas son muy fuertes puede llegar a producir ansiedad.
La definición de ansiedad es “un estado de alarma generado cuando percibimos una amenaza para la cual no nos sentimos con suficientes recursos para afrontar, y que se puede manifestar con inquietud, preocupaciones recurrentes, taquicardias, sudores, temblores, nudo en la garganta, se nos encoge el estómago, etc.” Tal y como dice la definición, la ansiedad puede surgir en situaciones que pensáis que son muy graves, y creéis que no podéis superar, por ejemplo cuando descubrís que vuestro hijo o hija toma drogas. Vuestro cuerpo y vuestra mente se pone “en alerta” y aparecen esos síntomas.
Si estoy en una situación que me da miedo o me preocupa mucho, por ejemplo: encuentro droga en el bolsillo del pantalón de mi hijo o hija… ¿qué sueles pensar?
Estos pensamientos suelen provocar sensaciones y sentimientos negativos:
La forma de reaccionar depende de cada persona:
Estas son algunas frases que los padres y las madres dicen cuando pierden el control:
Estos tres sistemas se retroalimentan, es decir, que la situación va a peor y es más difícil encontrar una solución...
El ‘termómetro de la ansiedad”
¿Esto que me pasa es ansiedad? ¿Tengo ansiedad?
Cuando creáis que estás en una situación con ansiedad (nivel 7 aproximadamente) ¿qué tenéis que hacer? Parar e intentar calmaros. ¡Podéis hacerlo!
Una técnica: RESPIRAR CON EL ABDOMEN
Es importante mantener la calma… ¿pero cómo?
¿Qué son? Son pensamientos negativos que os hacen sentir muy mal, de forma exagerada. Normalmente surgen en situaciones de tensión: cuándo sospecháis que vuestro hijo o hija consume drogas, cuando encontráis drogas en su habitación, etc.
Lo primero es parar el pensamiento:
¡STOP! Pensando así no voy a solucionar nada
Y después: pensar en otra cosa, en otro tema. Hacer algo que os distraiga. ¿Qué os gusta hacer y os entretiene? Es bueno hacer alguna actividad que necesite concentración, así os olvidáis de los pensamientos negativos: leer, coser, hacer un crucigrama, hacer un puzzle, etc. Así, poco a poco, los pensamientos negativos se hacen más pequeños, más débiles y os afectan menos.
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