“Una noche me paró la Guardia Civil en uno de los controles de alcoholemia. Me había tomado tres o cuatro copas y sabía que no iba a cumplir el límite permitido. No quería que me multasen ni me quitasen puntos y quise hacer algo para bajar la tasa de alcoholemia y no dar positivo. Un amigo me dijo que al sudar baja la tasa porque eliminas el alcohol, y por eso me puse a correr y hacer abdominales. Pero al final di positivo, me pusieron una multa y me quitaron puntos del carné. Además mis amigos se rieron de mí…”
Puedes pasar esta prueba si hay un control en la carretera o si tienes algún accidente de tráfico. El agente de policía te pedirá que coloques la boquilla en el alcoholímetro y soples durante unos segundos, para comprobar si has bebido o no.
Alcoholímetro digital: mide la cantidad de alcohol en aire espirado (mg/l).
Si la tasa de alcohol es superior a los límites permitidos, se realizará una segunda prueba de contraste, para ver si vuelve a salir positivo.
Síntomas: los agentes controlan si tienes síntomas de haber bebido o no. Si haces la primera prueba y da negativo, pero ven síntomas que indican que puedes haber bebido (por ejemplo se te cierran los ojos, mirada rara o te cuesta moverte o caminar…), pueden hacerte la segunda prueba de alcoholemia o la prueba de detección de drogas.
Cuando te hacen un control de drogas se podrá saber si has tomado o no y qué has tomado exactamente. Si das positivo en ese control, serás sancionado.
Vamos a ver cómo es este control, paso a paso:
1. Saliva. Con unos dispositivos especiales se toma una muestra de saliva para saber si se ha consumido algún tipo de droga.
Si el test da positivo en algún tipo de sustancia, se te hará otra prueba de saliva.
Síntomas: Además, los agentes te observarán para ver si hay signos externos que indiquen que has tomado algo, como por ejemplo: si estás muy nervioso, si sudas mucho, temblores (por ejemplo de la mandíbula), ojos muy dilatados…
Cada vez hay más controles de alcoholemia y de drogas y seguro que alguna vez te ha “tocado soplar” o conoces a alguien a quien le han hecho la prueba. Pero ¿realmente sabes cómo se hace? o ¿si estás obligado a hacerlo o no?
Más abajo, si entras en ¿Sabías que…? y Mitos, podrás aprender cosas interesantes sobre estos controles.
Alcoholímetro “evidencial” o etilómetro: si has dado positivo en la primera prueba, debes volver a soplar. Ahora la prueba se hace en la furgoneta de los agentes de tráfico, no en tu coche y el alcoholímetro es de mayor precisión. Al hacerte esta prueba, se imprimirá un ticket con los datos del conductor, el lugar, la matrícula del vehículo, la tasa que has dado… Si das positivo en esta segunda prueba, el agente de tráfico te denunciará y también juntará el ticket, ya que vale como prueba en un juicio, por eso se llama “evidencial”.
Si das positivo en la primera prueba, tienes que esperar como mínimo diez minutos para hacerte la segunda prueba, no se pueden hacer seguidas. Tienes derecho a controlar ese tiempo y que no se te haga la prueba antes de esos 10 minutos.
Sangre: Si en las dos pruebas has dado positivo y tú no estás de acuerdo con los resultados del alcoholímetro, puedes pedir una tercera prueba, en general un análisis de sangre. Te trasladarán a un centro médico y allí te harán una revisión y el análisis. Pero si das positivo en esta prueba, tú deberás pagar los gastos ocasionados, (traslado al centro de salud, atención médica, análisis…). Piénsalo bien, porque estos aparatos son bastante fiables, no fallan casi nunca.
2 Laboratorio: se hace una segunda prueba de saliva, que se envía al laboratorio toxicológico para que la analicen y saber qué droga o drogas has tomado y también la cantidad exacta.
Los resultados de este segundo control de drogas, valen como prueba en tu contra en un juicio.
3 Sangre: Igual que pasaba con el control de alcoholemia, si no estás de acuerdo con los resultados del alcoholímetro, puedes pedir un análisis de sangre, en un centro médico. Si el resultado es positivo, tú tendrás que pagar los gastos ocasionados (traslado al centro de salud, atención médica, análisis…).
Realizar las pruebas de alcoholemia o de detección de drogas ¡es obligatorio! No querer hacerlo, es un delito castigado por el Código Penal. Te quitarán puntos del carné, no podrás conducir durante meses ¡hasta podrías ir a la cárcel!
¿Quién está obligado a pasar los controles? Si eres un conductor (de un coche, camión, autobús, bicicleta, moto o incluso de vehículos de tracción animal) y un agente de tráfico te para, estás obligado a hacer las pruebas de alcoholemia y otras drogas. Pero además si eres peatón u otro usuario de la vía (por ejemplo un trabajador o un ciclista) y te ves implicado en un accidente de tráfico, por tu culpa o porque eres la víctima del accidente, también estás obligado a hacer el control.
Si no puedes hacer las pruebas de detección de drogas o de alcoholemia, por motivos justificados y que puedas demostrar, el agente podrá ordenar que se te haga un análisis clínico en un centro médico, por profesionales sanitarios.
“Si comes chicle, disminuye la tasa de alcoholemia.”
FALSO: Con el chicle lo máximo que puedes conseguir es que tu aliento no huela a alcohol. Si has bebido, no hay nada que te ayude a reducir el nivel de alcohol, ni comer chicle, ni beber aceite, ni masticar césped, ni hacer ejercicio…
“Si doy positivo pero digo que es porque tengo un tratamiento médico, no me pasará nada.”
FALSO: Si el medicamento que te han recetado tiene efectos en tu capacidad para conducir, aunque lo tomes porque tienes un tratamiento médico, ¡no debes conducir! Estás poniendo en riesgo tu vida y la de los demás y podrían multarte.
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